Era una joven vestida de blanco
en el umbral de una puerta
hace treinta años.
Un cruce de miradas.
Un recuerdo permanente.
Una joven cuando yo lo era.
Un pueblito de la Francia.
Un viaje sin rumbo,
un "cuatro latas" recargado,
comida para cuatro.
Europa ante nosotros.
Un recuerdo imposible
de una breve mirada.
Un cruce de dos vidas
sin contacto.
En el tiempo detenida
la belleza del instante permanece.
Hoy hace treinta años.
Viajes, de vuelta en los cerros, de extensión infinita en un espacio tan pequeño...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho
Charo
Excelente, amigo Piedra. Me ha encantado tu incursión en el mundo de la poesía para expresar un sentimiento tan bonito. Feliz cumpleaños. Un abrazo
ResponderEliminar