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27 mayo 2009

Paseo a Gulpiyuri

El hombre con su guadaña mantiene recta la linea del tajo, a un lado la hierba verde, orgullosa, con su limpio ondear al viento; al otro la yerba ya cortada, rendida al pie, con el color apagado.
La linea divisoria del trabajo realizado se pierde a lo lejos en el horizonte de la colina. El hombre indiferente ante la magnitud de la tarea, sigue su trabajo; de vez en vez levanta la guadaña y vacía su filo con la piedra de amolar, es el único momento que parece descansar al cambiar de postura, no por dejar de trabajar.

Buenas, saluda el caminante
Buenas, responde el segador, siguiendo el ritmo de su trabajo.

El caminante busca la playa sin mar, no tiene otra tarea sino pasear y le da fatiga ver trabajar de esa manera, como de otra época anterior a las máquinas. Sigue su camino y pronto encuentra a dos mujeres arando con una mula mecánica, tan pequeña que no tiene fuerza para levantar la tierra. Mientras la mayor empuja, la menor tira de la máquina con una cuerda. Poco a poco va cambiando el color de la parcela, quedando lista para la sementera.
El caminante conoce a la joven y esta le dice:

Aquí trabajando como una mula.

No sabe que responder y al fin

Bueno, otro día será más fácil la tarea.

El caminante encuentra la playa sin mar, pero hoy, además, está también seca.

5 comentarios:

  1. Muy bien, Piedra, de la forma que lo describes es una gozada. Pero no así para los que están todavía en el subdesarrollo para poder vivir.
    Un abrazo

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  2. Tienes una forma original y creativa de mirar y, sobre todo, de escribir lo que ves.
    ¡Sigue mirando así y que nosotros disfrutemos de lo que nos das!
    Besos y salud!
    Chiqui

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  3. Amigo Cayetano, si, es duro el trabajo segando igual que en el neolítico. Esto de estar jubilado permite ver los toros desde la barrera.
    Un abrazo.
    Piedra

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  4. Mi chiqui, no se como te las arreglas pero cada día me escribes comentarios más bellos. Gracias.
    Expresiones
    Piedra

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  5. Muy bonito Miguel. Meha gustado mucho. Estoy seguro de que el saludo debió ser casi una charla de fumar un pito.
    Un abrazo

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