Páginas
▼
07 junio 2009
Hayedo de Ventaniella
¿Se puede explicar el color de la luz? ¿Podemos describir la naturaleza del aire? ¿Es posible narrar el alma de un bosque?
Luz, aire, espacio, silencio, color y tiempo. Esta luz entreverada, con un tono verde suave, tan tenue que parece delicada, como a punto de romperse. El contraste de los troncos pálidos, manchados de negro-verde, mimetizados para provocar la mínima atención ante el fondo amarillo-verdoso. La superficie del suelo adivinada bajo el manto leve de la hierba. Las hojas, verdes brillantes, flotando entre dos aires, el que se eleva en las copas y el más húmedo junto al suelo.
Es el hayedo, arboles y árboles, altos, grandes, fuertes, que se pierden en el horizonte y saben rectificar el deslizamiento del suelo, buscando la verticalidad hacia el cielo. Ninguno destaca, tienen la emoción del conjunto, un canto coral a la belleza de la luz matizada.
He caminado entre árboles solitarios por las cumbres de Almijara, árboles endurecidos por su lucha contra la nieve y la ventisca. Tienen un aire solemne, son supervivientes de una raza milenaria y muestran con orgullo sus heridas en las ramas. Muchas veces me he acercado a ellos y he acariciado su tronco, animándoles en la batalla.
En los árboles de Ventaniella, la sensación es distinta, aquí no sobresale un árbol, la relación es con el bosque. Al caminar entre ellos, te van trasmitiendo su fuerza para tu andadura por otros senderos de la vida; se ven tan sobrados de ella, que no duele tomar prestado su aliento.
Pero en ambos casos el sentimiento es parecido.
¿Se puede comparar el cante por soleá, con el canto de un coro? Los dos ponen el vello de punta, y la emoción llega igual de profunda.
Algo parecido ocurre con los árboles del puerto de la Ventosilla, (Parque Natural de Almijara) y los del puerto de Ventaniella, (Parque Natural de Ponga).
Animo a los amigos que conozcan los dos Parques Naturales y comparen su belleza.
Fotografía: hayedo de Ventaniella, (Parque Natural de Ponga). Asturias.
Qué placer es leerte, Piedra, nunca se me había ocurrido ver a un árbol de esa manera, creo que ya no serán lo mismo para mí.
ResponderEliminarCuánto me gustaría visitar esos parques que dices, pero a cambio puedo vagar entre nuestros árboles, de eso en mi ciudad sí que tenemos bastante, y recordar tus palabras.
Este texto es realmente un lujo.
Siempre me ha parecido que los hayedos son los más mágicos de todos los bosques y que abrazar al árbol es una muestra de gratitud y de amor por la naturaleza, que te devuelve a cambio del abrazo la energía que necesitamos para seguir por la senda de la vida.
ResponderEliminar¡En este texto vas sobrao, cuñao!
Este sí que me gusta.
He hecho las migas en el wok, según tu receta, y me han salido buenísimas. Eso se llama cocina de fusión.
Hoy es el cumpleaños de tu cuñado Pepe.
Querida nofret, el placer es disfrutar de tus comentarios. Si además mis textos te sirven para mirar a los árboles con otra vista, me siento mucho más sastifecho. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida Chqui, parece que hoy he dado con la tecla. Todo un honor el que disfrutes de mis cuentos.
ResponderEliminarExpresiones
Sublime, bellísimo. Esun texto para sentirse escritor y de los buenos.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa
Mi querido Miguel: claro que es posible narrar el alma de un bosque.
ResponderEliminarHace falta internarse en él y respirar su aroma, dejar que su color, su frescura y su tiempo de vivencias ingresen en nuestra alma para poder dejar que la maceración de las esencias puedan ser palabras en nuestra pluma.
Hace falta la pureza que le pones a tus palabras para que sean la pura música del sentimiento de un árbol
En mi tierra los bosques son de algarrobos, talas, y molles.
Se muestran erguidos y orgullosos frente a la montaña.
Son habitantes centenarios de tiempos ancestrales.Vieron conquistas,cobijaron ilusiones, fueron y son alero de pájaros sin jaulas
Estar y caminar por esos bosques es como pasear por tus narraciones:dan gozo y paz.
Un abrazo mi querido primo....y sigue, sigue volando.
Susana
Querido Rafa, felicidades y que sean muchos los años comentando en esta casa.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Susana. Es cierto, tu sabes describir el alma de un bosque y lo haces con tal sentimiento que llega hasta España.
ResponderEliminarUn abrazo