A Belinka
Ayer le regalé una piedra
blanca y negra,
que me dio la mar.
Una piedra pequeña
pulida, brillante.
Vi en sus ojos
sorpresa y emoción.
Lustros de ausencia
quedaron en días.
Recuerdos añejos,
volvieron al presente.
Años de lucha y trabajo
en el tiempo detenido
sin parra, con terral
a inicios de verano.
Fotografía: de Celindas en Nerja.
Saludos. y a seguir escribiendo...
ResponderEliminarMuy bello. No digo más.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa