El pico Benzúa, con sus 723
m. tan cercanos al mar, domina todo el occidente del concejo de Llanes, desde
la sierra del mismo nombre.
Nosotros hemos subido desde
los Carriles, donde todos los agostos, se organizaba una carrera para ascender
a su cumbre, que invariablemente ganaba el guarda de los Picos de Europa.
Nuestro amigo Delfín, fue muchos años juez de cumbre, mientras nosotros
quedábamos en la base para esperar la llegada de los atletas.
También se puede ascender por
su vertiente norte, desde los Caleyos, y
bajar cumbreando hasta Rales, aunque en algunos lugares, los espinos y malezas
hacen un poco incómodo el descenso.
En Llanes se dice que “
cuando ´l picu Benzúa pon la toca, el concejo de Llanes se moja”. Este año lo
vimos esplendido, cubierto de nieves, protegiendo de los fríos a Pacanda.
BENZÚA
Viste nacer todas las alboradas
y el ocaso del hombre
cuando balbuceaba.
Siempre estuviste ahí, mirando al valle
con ojos de vigía
desde tu cumbre alta.
A veces, vergonzoso,
te cubres con la bruma media cara,
protegiendo el misterio
que guardan los pliegues de tu falda,
mientras en lo más alto
el viento peina tus greñas ásperas.
Tu estampa impresionante
atrajo desde niña mi mirada,
que imaginaba cuentos
e historias inventadas
de animales paciendo las laderas
al cuidado de pastores y zagalas…
Ya no me invento cuentos.
El tiempo ya pasó dejando atrás
ilusiones y sueños.
Cuando te miro ahora
tan solo tiemblo,
al contemplar la belleza de lo eterno.
Materia inanimada sin memoria,
hermoso tú, sin concepto de tiempo.
El día que me vaya,
te asomarás al valle como cada mañana
verás que ya no estoy para mirarte
y me echarás de menos.
BENZÚA
Viste nacer todas las alboradas
y el ocaso del hombre
cuando balbuceaba.
Siempre estuviste ahí, mirando al valle
con ojos de vigía
desde tu cumbre alta.
A veces, vergonzoso,
te cubres con la bruma media cara,
protegiendo el misterio
que guardan los pliegues de tu falda,
mientras en lo más alto
el viento peina tus greñas ásperas.
Tu estampa impresionante
atrajo desde niña mi mirada,
que imaginaba cuentos
e historias inventadas
de animales paciendo las laderas
al cuidado de pastores y zagalas…
Ya no me invento cuentos.
El tiempo ya pasó dejando atrás
ilusiones y sueños.
Cuando te miro ahora
tan solo tiemblo,
al contemplar la belleza de lo eterno.
Materia inanimada sin memoria,
hermoso tú, sin concepto de tiempo.
El día que me vaya,
te asomarás al valle como cada mañana
verás que ya no estoy para mirarte
y me echarás de menos.
Argentina Cueto