El árbol solo, sin más compañía que soles y vientos,
resistió las nieves del invierno y con las aguas de primavera, surgió de nuevo en
el alto páramo castellano.
Ya da sombra a los romeros de Santiago, pero vendrán duros
días de estío, días de polvo, sudor y cantimplora, cuando el otear del árbol en
el horizonte de velas al caminante, que suspira con descansar bajo sus ramas.
Tomar resuello, sacar un trozo de queso, comprobar que sabe a cielo y soñar despierto
con llegar a la próxima colina. Allí donde otro árbol le acerque un poco más a
su meta, que parece crecer con el ondular de las sementeras, como si el sendero
se alargase al ritmo de los vientos y Santiago estuviese al fin de las tierras.
Piedra
Que fotos más guapas y que diferente con lo nuestro !
ResponderEliminarUn saludo
Www.posadadellanes.com
Como siempre unas maravillosas fotografias del Camino de Santiago, que traen viejas añoranzas. Muchas felicidades. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQué bella soledad poética.
ResponderEliminarEl Cielo ya está ahí. No hace falta ganarlo.
O tal vez sí.
Pero estar, está.
Bonito páramo pero duro, lo se muy bien.... siempre aunque sean escasos encuentras árboles solitarios dispuestos a darte cobijo.
ResponderEliminarPreciosas fotos Miguel.
Un gran abrazo
no hay ver sin saber y para los que no sabemos estás tú, que nos los muestras. Gracias. Martín
ResponderEliminarA los amigos virtuales y no tan virtuales, muchas gracias, Posadade llanes, Olegario, Socorro, Esmeralda y Martín. Os agredezco vuestras palabras de reconocimiento de mi trabajo en el blog.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra
No sé que me gustó más, si tus palabras o tus fotografías.
ResponderEliminarUn saludo :)
ResponderEliminarAunque ya no esté en mi memoria, seguro que lo he visto.
Las dos últimas fotos si que todavía están en mi memoria, y seguramente, en alguna carpeta del Camino. Ya buscaré la foto.
· un abrazo
· CR · & · LMA ·