Después de tantos años,
tantos soles y tantas lluvias, nos puede seguir sorprendiendo la belleza
de los rincones asturianos.
Ayer, 15 de mayo, fue la parte oriental del concejo de
Amieva, entre el Ponga y el Sella, plagado de lugares verdaderos museos, aún
vivos, en un entorno tan espectacular que ninguna imagen puede dar fe de ello.
En esta entrada nos aproximamos a Cirieño, lugar con 64
habitantes (2008), 27 mujeres y 37 hombres. A 300 m. de altitud, colgado en la
vega de Sebarga, frente al picu Pierzu, al pie de crestones calizos, rodeado de
bosques y prados de boca donde pacen vacas Casinas. No vimos ninguna oveja y
todos los vecinos con quien hablamos se quejaban de los daños que ocasiona el
lobo, que va a dejar desiertos estos lugares, al no poder luchar contra ellos.
Para mi, la causa no es solo la presencia del lobo,
podríamos hablar del pago que reciben por la leche o por la carne de sus
animales. Si ya no vemos ninguna vaca lechera, puede ocurrir lo mismo con las
de carne, cuya subvención tiene fecha de caducidad.
Que bonitos parajes tiene Asturias y es que como tu bien dices Miguel; hay que estar allí para olerlo, sentirlo y dejarse llevar por esos bellos rincones que están esperando nuestra visita para disparar la cámara y plasmarlos con hermosas tomas como bien has echo tu, un abrazo compañero.
ResponderEliminarEs de una belleza arrebatadora, toda esa riqueza natural!!! Y no creo que podamos culpar al lobo del abandono de los pueblos, no son ellos los que crearon este ritmo materialista en el que vivimos hoy en día.
ResponderEliminarGracias, Miguel, una vez más por acercarnos al mundo de verdad, a la vida sin más.
Mi estimado Sevas, bien conoces los rincones de esta tierra vecina. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra
Así es Carmen, sin lobo también se quedan las aldeas desiertas. Equivocamos el rumbo y ahora no se divisa la salida.
ResponderEliminarExpresiones desde Pacanda.
Piedra
La verdad es que tenéis un paisaje precioso, lleno de vida y que produce alegría solo de verlo, una pena que se vaya quedando sin gente.
ResponderEliminarComo siempre precioso reportaje con unas fotos bellísimas.
Abrazos
¡Una preciosidad de reportaje, como siempre!
ResponderEliminarY muy atinadas tus palabras. ¿Cuánto esfuerzo derrochado y qué soledad tan inútil en una tierra con tanta riqueza de pastos y maravillas.
Un fuerte abrazo.
Una vez escribí que si el color verde hubiese tenido madre, su vientre hubiese sido Asturias. Precioso entorno. Un besito
ResponderEliminarEspectaculares parajes y preciosas fotografías las que nos expones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ramón