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Después de tantos soles y vientos no
aprendía, el veterano seguía dando la tabarra con la torre medio derrumbada.
- Hay que procurar que no acabe de caer al
mar.
- Eso no vende, a la gente le interesa muy
poco unas ruinas más o menos, y no te digo en una época de crisis económica. No
se puede decir en una campaña electoral, sería molestar a los votantes.
- ¿Y su valor paisajístico,
histórico y sentimental?.
- ¿Qué es eso de valor
sentimental? Las urnas no tienen sentimientos.
Y acordaron también callar lo
de destruir toda la vega para llenarla de casas.
-
Mira que poner
todos los huevos en el mismo cesto es una imprudencia, sabéis dónde nos ha
llevado la burbuja inmobiliaria.
-
Hay que ser
positivo, no se puede decir eso, nadie nos votaría. No saben ni dónde está la
vega, poco les va a importar lo que
hagan con ella.
-
Tienen muchos
lugares donde construir durante muchos
años, todos paralizados por el estallido de la burbuja.
Tenemos
que aprovechar el cambio climático para cultivar todo tipo de frutos tropicales,
aguacates, mangos, logan, etc. desarrollando una agroindustria derivada de esos
cultivos. Y explicar que las parcelas abandonadas sin cultivar, por pura
especulación urbanística, pueden ser cedidas a particulares o como huertos
familiares.
-
¿Podemos decir
que las propuestas de campos de golf son todas un puro engaño? Los campos de
golf no son rentables, el hipotético negocio es llenarlo de viviendas a su
alrededor, sacar un dinero rápido con la construcción y hambre para mañana.
-
Bueno, no nos
votaría nadie.
-
Entonces tenemos
que engañar a los electores diciendo lo que quieren escuchar, aunque sepamos
que va contra sus propios intereses, interesando únicamente a una minoría especulativa. Pues vale.
Miguel Bueno