Este año han florecido las
rosas de Pacanda como pocas veces. Ha sido un mes de julio muy seco, cayeron 5
litros de lluvia, y aunque trato los hongos con azufre, solo tuve que hacerlo en
una ocasión. Claro, he tenido que regar muchos días, pero la causa de que
florezcan tanto, está en que por fin he conseguido que, al cambiar de
jardinero, me echen los restos de cortar el césped al pie de los rosales, se
forma un mantillo que es puro abono al descomponerse, y de camino nos evitamos
el tener que quitar las malas hierbas, que ya no crecen.
Ayer por fin llovió, 33
litros en Pacanda, y hoy lucen las rosas en todo su esplendor, rosas,
amarillas, cremas, blancas, rojas. Me traje los esquejes de Nerja y en Pacanda
han encontrado un lugar estupendo para dar flores que adornan el muro de
piedra, y hasta los corzos, que vienen al prado vecino, se paran a mirar tanta
belleza.