Cuando Domingo Llanes
Espriella (1541-1620) mandó construir su
palacio en Villahormes, desde Palermo, donde ejercía de Inquisidor del reino de
Sicilia, seguro que añoraba la fiesta de Santaloya y pensó que quedaría muy
guapo visto desde la ermita con toda la sierra tras él.
Hoy el palacio de la
Espriella sigue luciendo desde la ermita de Santolaya y muchos devotos
feligreses procesionan el ramo por los prados, sin conocer que Domingo Llanes
Espriella fue un gran benefactor de la fiesta en honor de Santa Olaya, por
aquella época santa Eulalia.
Es un paisaje paradisíaco, Piedra.
ResponderEliminarY que suenen las gaitas.
Ya las oigo acercarse.
Mas de un año, Soco, he hecho el recorrido de la procesión por los prados, aunque soy ateo, como bien sabes.
ResponderEliminarExpresiones
Piedra
Luz, color y tradición.
ResponderEliminarEstupendas tomas.
Saludos.
Ramón
Gracias Ramón, me alegra que te gusten mis tomas.
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Piedra