23 octubre 2009

Regalo




Bebió el agua que tanto tiempo hacía que no cataba y consiguió encontrarle sabor, el sabor de su juventud, cuando tuvo que abandonar su querida Tereñes para ir a una Venezuela inhóspita, a la que no sabía si llegaría a querer tan solo un poco de lo que amaba a su querida Asturias. Había perdido su acento, logrado con la facilidad que da escuchar a los tuyos, de tanto oír hablar el castellano de ultramar. No tuvo la suerte de ser emigrante en un país donde la lengua fuera tan extraña, que le hubiese mantenido los dejes de su casa intactos.
Realmente, su vida en Venezuela fué un paréntesis. No tenía historias que contar, pues el tiempo transcurrido no llegó a transformarse en eso, en historias que contar. Ni tan siquiera contó el país con un presidente que diera que hablar, hasta muchos años después de su regreso. Fué la vida de otro, la vida sin vivir.
Buscó sus huellas por el entorno, pero no hubo suerte. Cómo era posible que los dinosaurios lo hubiesen logrado y él, que se había mantenido fiel a su tierra desde tan lejos, no encontrase el menor vestigio de sus madreñas. Dónde estaba el premio a la fidelidad, a esos años no vividos aguardando el regreso a la verdadera patria querida de la canción, que hubo veces que bebió hasta que los perros le lamieron el hocico, para entonarla, o desentonarla en su caso, como Dios manda.

Texto de mi querido Rafa Utrera. Fotografía de Piedra, hoy, desde la ventana en Pacanda

3 comentarios:

Unknown dijo...

Para mi es un verdadero honor ser, en este caso, un convidado de "piedra". Para los que no me conocen, el resto ya lo sabe, os diré que soy un enamorado de la cocina. Para cocinar este platillo, han sido fundamentales sus ingredientes. Mucho de cariño, bastante de imaginación y experiencias del ilustre tereñés, y una chispa de poca vergüenza.
Saludos
Rafa

Ernesto dijo...

Excelente, Rafa.

Al final se te va a "pegar" el amor por las palabras del "maestro", igual que ocurrió por el amor a la naturaleza. Pero bueno, eso muestra la condición del maestro (que va mucho más allá que lo que llega a conseguir el profesor) y la disposición del discípulo.

Expresiones de otro discípulo.

Pi.

Miguel Bueno Jiménez dijo...

Gracias, sois muy generosos con este viejo "maestro". Ya sueño muchas veces con ser en realidad un maestro sin comillas, qué más quisiera.
Expresiones
Piedra