"Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua."
Pablo Neruda
Desde mi rincón en Piedra, milagros de Internet, he paseado por la casa de Pablo Neruda.
Entre las olas y los días, en esta tarde tranquila, mirando perderse el sol en los perfiles de las encinas, leo sus versos a Matilde.
Recuerdo otras noches sin horas. Enlazados los dos en abrazos sin tiempo. Cuando el amanecer me sorprendía con su cuerpo entre mis brazos.
Era una cama pequeña, entre catre y cama; nos sobraba la mitad. Teníamos un banco de escuela sujetando la pata rota. El cuarto era grande y la silla se perdía como único mueble en aquella inmensidad de dormitorio. La ventana daba al patio de la escuela y muchas mañanas de domingo nos despertaba el sol en la cara. No importaba el frío de aquellos largos inviernos. El calor lo poníamos nosotros y las mañanas sin prisas parecían hechas para los dos.
Entre el placer y los sueños, eran salvajes y dulces los días. Días enteros para nosotros. Solos en aquella casa grande, adosada a la escuela, sin vecinos; tan silenciosa en los días de domingo, que nadie molestaba nuestra tranquilidad y lentamente veíamos pasar el día y llegar la tarde tan callada.
Entre el fuego y el agua, no hacíamos planes. Dejábamos transcurrir las horas y nos traía de nuevo la noche otros sueños, otros placeres.
Llegarían otros días, nuevos soles. Otras ilusiones de ver crecer al hijo, amamantado entre lectura y lectura a los niños de la escuela. Juguete de todos, en aquella escuela unitaria y mixta donde cualquier momento se aprovechaba para enseñar a leer y escribir.
Hace años volvimos a la casa-escuela y en su solar había un parque infantil con toboganes y columpios y lo que es el misterio de la memoria: veía con claridad la silla de anea en la portada, donde mi mujer daba de mamar a Miguel mientras los niños correteaban alrededor; el albaricoque en el patio, bajo cuya sombra colgaba la jaula del jilguero y el dormitorio grande, con aquella cama cojitranca frente a la ventana.
Me ha gustado mucho, muy bonito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Rafa
Mañana te hago el comentario de viva voz en la verde Asturias
ResponderEliminarQue bonito,retrocede una en el tiempo de recuerdos.Me gusta mucho leerte.Muchas expresiones para los dos.La Sueca.
ResponderEliminarMe ha encantado; leyendo casi puedo veros a los dos con vuestro bebe entre los brazos. Espero que dentro de muchos años entre tu hijo y yo siga vivo un amor tan hermoso como el vuestro.
ResponderEliminarOs esperamos pronto, ¡¡que Áyobe necesita a sus abuelos cerquita!!
Rafa, como siempre, tienes el detalle de ser el primero en alabar mis historias. Un abrazo lleno de expresiones.
ResponderEliminarConchi qué alegría verte en este rincón. Muchas gracias por tus palabras.Expresiones a todos los tuyos.
ResponderEliminarMi Ana, qué emocionantes tus palabras. Espero que se cumplan tus deseos. Un abrazo
ResponderEliminarMi querido Miguel: qué hermoso escribes!!! Cuánta emoción y delicadeza le pones a cada palabra.
ResponderEliminarLa pureza del amor que se esparce como finas hierbas en esta tarde de este otoño.
Ojalá tu Miguel junto a Ana sientan la emoción que tu tienes al igual que el poeta que dijo en Isla Negra para su amada Matilde y su querida Delia: "Confieso que he vivido"
Un abrazo desde muy al sur mi querido primo
Susana
Excelemnte, amigo Piedra. La prosa lírica se te da de maravilla. La historia despierta envidia sana.
ResponderEliminarUn abrazo
Mi querida Susana te agradezco de corazón las bellas palabras que me dedicas. A ver si te animas y me envias algo de tus escritos. Un fuerte abrazo con todo el cariño de la sangre que nos une.
ResponderEliminarAmigo Cabre, ahora tu firma no me lleva a tu página y mi enlace lo hace a "Reflejos del Sur" que se quedó tomando los polvorones en navidades. Seguro que has cambiado de blog y subes tus escritos a algún rincón. Puedes enviarme el enlace, me gustaría saber por donde andas. Gracias, quedo esperando tus noticias. Un abrazo
ResponderEliminarQué gozada de texto, Piedra, ya lo leí en Algo para contar, donde tuviste la gentileza de subirlo, y en verdad que despierta envidia sana, y mucha, tan bello es lo que describes y lo haces tan bien. Un verdadero placer de lectura.
ResponderEliminarLo he leido varias veces y para mi,es lo mejor que has escrito;derrocha amor,sensibilidad,nostalgia...Emociona y me da envidia sana tu capacidad para con pocasw palabras,expre4swar tanto y emocionar MANOLO
ResponderEliminarManolo, muchas gracias. Un gozo tus palabras. Todo un honor el que disfrutes de mis textos. Un abrazo
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