La última flor del verano aparece herida en el esplendor de sus pétalos blancos, conoce lo efímero de la belleza, sabe que su lucha contra el destino es vana, pero mientras tanto muestra orgullosa su beldad y se deja acariciar por la luz suave, delicada, del sol otoñal.
La parra virgen se defiende con toda su fuerza de los primeros fríos de la mañana, y antes de dar sus hojas al viento las viste de rojo intenso, perdiendo su virginidad. Quiere mostrar que su ofrenda no es gratuita, es su forma de pedir al sol que sea capaz de renovar su fortaleza para que pronto pueda levantar sin esfuerzo la niebla de la aurora.
Muy bonito. El otoño te sienta bién.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa
Guauuuuuuuuuu! que colorido otoñal, que esplendor, es precioso el otoño.
ResponderEliminarEl puente de los santos visitaré Pacanda, pues nos iremos a mi LLanes adorado y muy muy añorado en estos momentos.
A ver si estás por allí.
Mientras tanto te dejo abrazotes
Rafa, ya se que es dificil pero podríais hacer una escapada otoñal, el otoño en Asturias es una maravilla.
ResponderEliminarExpresioones
Piedra
Sara, estoy en capilla para colocarme una prótesis de cadera, si no me llaman, estaremos a primeros de noviembre en Pacanda.
ResponderEliminarMucha suerte y hasta la vista.
Expresiones
Piedra
Buenas fotos...me encanta el colorido...un abrazo
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