Si ya no se explotan las
amatistas para joyería como se hizo en el siglo XVIII, las joyas de la ruta de
hoy son diversas.
En primer lugar el mirador
sobre el mar de Alborán es una verdadera joya, no solo por sus maravillosas
vistas, sino por la vegetación que cubre el acantilado: palmitos, lavándulas,
retamas, efedras, gamones y sobre todo el cornical (Periploca angustifolia)
endemismo iberonorteafricano que en la península solo podemos disfrutar en
Almería, Murcia y en contadas localidades de Alicante. Es un arbusto de ramas
entrecruzadas de hasta 1,5 m. con floración todo el año, excepto en verano y unos llamativos frutos bifoliculados
(diríamos en forma de cuerno) de hasta 10 cm. Es planta indicadora de ausencia
de heladas, utilizada en infusión para
lavar las heridas y cuyas flores fueron golosinas para los niños. Ahora no creo
que los niños sepan que sus flores son dulces como el almíbar.
La otra joya es la Isleta del
Moro un pueblecito de 171 habitantes, único lugar de España donde he visto una
calle dedicada a un moro, Mohamed Arráez, deformación castellana de la
palabra árabe ar-rais “patrón de barco”. El tal Mohamed fue un
caudillo berberisco que ya en el siglo XVIII aparece descrito como “jarraez” y
dio nombre al pueblo.
Cuando llegamos al caserío
estaban descargando en el embarcadero de juguete, la pesca del día: grandes
jibias y sobre todo “rascacios” , que manejaban con gran soltura a pesar de su
aguijón venenoso, pero claro, los pescadores no hacían más que quejarse de su
mala suerte.
El casco antiguo es una
joya reluciente de cal, junto a la playa
donde destacan los restos de una duna fósil muy blanca, en contraste con las
negras coladas andesíticas de los acantilados.
Para el nombre de la playa tampoco se calentaron mucho la cabeza, se
llama Peñón Blanco.
La aguas son tan trasparentes,
que además de permitir la práctica del buceo, en las varias escuelas al efecto
en la localidad, a mi me ha permitido
mostraros una medusa nadando, como si
estuviese en un acuario.
Qué maravilla Miguel, has recogido hasta la imagen de la medusita... ¿o la has pintado? jajajaja
ResponderEliminarYo diría que Mohamed se escribe con d final y no con t, pero en fin, no querría contrariar a ningún ilustre ayuntamiento...:)
ResponderEliminarHola ¿Cómo has estado?
ResponderEliminarSemejantes bellezas naturales, no desajustan con la comunidad blanca, tan radiante!
Y para realmente darle el toque magico a la colección, la medusa.
Buenas tomas
Saludos.
Magnífico tu comentario sobre la isleta del Moro. Allí ibamos a pescar, a pulmón y simplemente con las manos, langostas que estaban a 20 metros de profundidad.
ResponderEliminarMaravillosas tus fotografias, como siempre. Felicidades y un fuerte abrazo.
Precioso, que rincones más bonitos tenemos en nuestra querida piel de toro.
ResponderEliminarBesitos
Magníficas fotos Miguel y como siempre bien documentadas.
ResponderEliminarun abrazo
· Magníficas fotos que nos permiten disfrutar de la belleza de esos territorio, algo lejanos para nosotros. Algún día tendremos que acercarnos.
Por supuesto, tu documentación es siempre excelente. No conocía esa planta pero si recuerdo haber chupado flores con intenso sabor a néctar.
· un abrazo
CR & LMA
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Hola Miguel...
ResponderEliminarPuff... te quieres creer que nunca he estado en Almería???
Te quieres creer que jamás he visto una medusa en persona???
Creo que va siendo hora de poner remedio a esto...
Impresionantes las fotos.
Un saludo amigo...
Cabo de Gata bien vale mil fotos!!!
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