Has leído historias de Machu Picchu, has conocido infinidad
de fotos, pero ya en el tren hacia Aguas Calientes, no sabes por que ventanilla
mirar. La selva cada vez más densa: bromelias, orquídeas y líquenes cubriendo
los árboles. Arriba, en la montaña, los glaciares colgados de las peñas, que parecen
a punto de caer.
El río de aguas turbulentas, va abriendo camino en el bosque
para que pase el tren y de vez en cuando aparecen ruinas incas, enormes,
colgadas de las laderas, en lugares increíbles.
Coges el autobús para ascender a Machu Picchu, te vas
adentrando en la selva gracias a un carril zigzagueante y las enormes paredes
de granito cubiertas de bromelias no te dejan reposar.
Pero todo es nada, cuando llegas arriba parece un sueño. Mira
que lo has visto muchas veces en libros
y revistas, que habías preparado el viaje con textos y fotos en internet. No
tiene nada que ver, el espectáculo te sobrecoge, no solo el poblado tan extenso, ni los balates en pendientes que
asombran, es además el lugar.
Ese circo de montañas talladas por el río que corre a los
pies, la selva que lo rodea, las nubes que te van abriendo poco a poco las
montañas, para que la emoción no decaiga, el tamaño de los edificios, los bloques
de roca granítica tallada al milímetro para que encajen perfectamente una sobre
otra. La vegetación, con orquídeas en flor por doquier, y la fauna.
Tuve la suerte de fotografiar chinchillas, que acostumbradas
al paso de la gente, posaban todo el tiempo del mundo, infinidad de aves de
colores brillantes, golondrinas azules, otras parecidas a nuestros gorriones,
pero de collarín rojo al cuello, una bandada de loros, lagartos tomando el sol
y las llamas asomadas al vacío, dando la espalda al personal.
Subimos dos días, el segundo viendo amanecer entre las cumbres
de las montañas, y siempre nos sorprendió la belleza de Machu Picchu. Si la ciudad incaica por si misma ya es una
maravilla, estuviese donde estuviese, el entorno que la cobija es todo un lujo
y aunque hay muchos visitantes, si sabes moverte, te parece, en muchos momentos
estar solo con el espíritu del inca Pachacútec.
Piedra
Cada vez escribes mejor y haces mejores fotos.
ResponderEliminarExpresiones.
Lagartijo.
Gracias compadre.
ResponderEliminarNo me sonrojes. Es un gran honor tus palabras.
Expresiones
Piedra
Yo ya no tengo palabras para expresar mis sensaciones con estas fotos, Miguel.
ResponderEliminarSon una pasada, hay algunas que me las llevaría.
Que disfrute de viaje XD.
Un gran abrazo
Viajero incansable, de mirada curiosa que todo registra, ya sea en foto o en papel, me he quedado maravillada, disfruta, respira...que las montañas te cobijen, un abrazo y gracias por este recorrido.
ResponderEliminar:)
Impresionantes tomas las que has captado en este encantador y majestuoso lugar...una entrada de "10"; como tus escritos. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ramón
Eres un gran viajero y además un magnífico captador del paisaje que se recoge en tus hermosas fotografias. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarEsmeralda,Esmeralda Torres, Ramón, Olegario muchas gracias por vuestras palabras, todo un honor para mi.
ResponderEliminarAbrazos
Piedra
ResponderEliminarLa imágenes son preciosas, tú nos lo cuenta divinamente ¿cómo no tener una sana envidia?
Sana... es un decir.
· un abrazo... o dos
· CR · & · LMA ·