Esta primavera el Circulo Cultural Valdediós, nos llevó de
excursión a La Rioja, hasta el
monasterio de Valvanera en lo más intricado de la sierra de la Demanda, entre
bosques de encinas y pinos silvestres, donde
se venera la patrona de La Rioja.
Tomando como base Valvanera, visitamos los monasterios de
Yuso y de Suso, levantados en honor de San Millán, antecesor de Santiago, del
que se diferencia por su espada flamígera. Las cabezas de cristianos a los pies
del caballo se parecen como un calco a las de moros a los pies del de Santiago,
casi idénticas a las que acabo de ver en Cuzco (Perú). En este caso son los indios andinos los que aparecen a los
pies del caballo.
El monasterio de Suso, de una sencillez cenobial, se
encuentra rodeando los abrigos rocosos que sirvieron de refugio al propio San
Millán hasta su muerte en el año 574. Llaman poderosamente la atención sus preciosos
arcos de herradura, como si estuviésemos ante una obra califal. Tenemos que destacar que el arco de herradura es de
origen imperial romano, siglo ll y lll y utilizado en los monumentos visigodos,
como la iglesia de San Juan de Baños en Palencia del año 661. Aunque la gran
difusión del arco de herradura a partir del siglo Vlll , en occidente, se deba
a la cultura árabe, en nuestro caso podemos decir que son visigodos antes que
mozárabes.
En este monasterio se escribieron los códices Emilianenses,
destacando el famoso nº 60 con sus glosas en romance y euskera de finales del
siglo X o principios del XI, los testimonios escritos más antiguos para ambos
idiomas.
Quién sabe si los tilos a su puerta, también calmasen a ermitaños
y monjes de la rigidez de su regla.
El monasterio de Yuso, (abajo), en la calle Prestiño de San
Millán de la Cogolla , se construye entre 1053 y 1067, por orden del rey García
de Nájera, para ampliar el de Suso (o de arriba). El primitivo monasterio
románico es demolido en su totalidad y se reconstruye en los siglos XVl de estilo herreriano. Del XVll, con el barroco, destaca su fachada, y del
XVlll, es el trascoro en estilo rococó francés.
De lejos, asombra su grandeza herreriana, de cerca, su
fachada barroca con el gran relieve de San Millán a caballo, y de su interior,
vamos a dejar a los interesados que se ilustren en internet con la numerosa
información que existe al respecto. No viene al caso, en lo que quiere ser una
reseña fotográfica, cansar al lector con más detalles.
PIEDRA
Un reportaje bien documentado con una pequeña historia acompañado de bonitas fotos como bonitos son también estos Monasterios que nos muestras Miguel. Una excursión que has sabido sacarle buen provecho, un abrazo compi.
ResponderEliminarMiguel da gusto viajar contigo...Es un fotoreportaje de revista.Enhorabuena me ha encantado.Un saludo desde Almería.-
ResponderEliminarhttp://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/
Espero que el apartado gastronómico haya estado a la altura de las fotos y el texto.
ResponderEliminarExpresiones
Espero que el apartado gastronómico haya estado a la altura de las fotos y el texto.
ResponderEliminarExpresiones
Gracias por seguir acercándonos estos rincones con encanto y belleza -precioso el entorno-.
ResponderEliminarVistosas fotografías, bien complementadas con tu interesante información.
Un abrazo y mis felicitaciones.
Ramón
Todo es muy interesante, compadre: la arquitectura, la historia que cuentas de esos lugares y la naturaleza que los rodea.
ResponderEliminarExpresiones.
Lagartijo.
Excelente trabajo, amigo Piedra. Te superas cada día. Un abrazo
ResponderEliminarQue maravilla de fotografías, nunca he estado en La Rioja, pero hace algunos meses me acerqué a Santo Domingo de Silos y espero la próxima escapada sea por estos monasterios. Un saludo y gracias por compartirlo.
ResponderEliminarJosé Luis, Antonio, Rafa, Ramón, Domingo, Cayetano y Vicente, una gran alegría veros por casa, en especial a los amigos que andaban perdidos por esos mundos no tan virtuales. A todos un gran abrazo.
ResponderEliminarPiedra