Estos días hemos vuelto a
Cataluña.
Hemos caminado por sus vías
romanas, haciendo varios días de rutas por la calzada Tarragona (Tárraco) –
Barcelona ( Barcino), entre viñedos, olivares y encinas. La vía Augusta a lo
largo de 1500 Km. iba desde los Pirineos
a Cádiz a lo largo del Mediterráneo.
Las huellas de los carros se
observan muy bien sobre las calizas coralinas miocénicas en l’Arboçar de Baix. Durante el Mioceno, en una
etapa de distensión de la Cordillera Costera Catalana, el Penedés se inunda por un mar poco profundo, de aguas
claras y cálidas donde proliferan los arrecifes de coral.
Nos hemos emocionado al ver
que a pesar de la sequía severa, florecen la viuda silvestre (Knauta arvensis)
y la achicoria (Cichorium intybus) a la orilla de los caminos.
Nos han abierto sus casas
para que podamos tocar las piedras milenarias de las torres defensivas del año
mil, lo que anteriormente fue un “oppidum” romano, que protegía también sus viñedos de la codicia de los piratas
mediterráneos.
Hemos charlado con los
payeses y nos hemos lamentado juntos,
del precio que les pagan por la uva, 300 euros los 1,000 Kilos, sí mil kilos. Mientras, las grandes bodegueras construyen bodegas espectaculares por los
más famosos arquitectos mundiales.
Hemos escuchado a los
trabajadores en sus viñedos, emigrantes del norte de Marruecos, dónde son
perseguidos y encarcelados por la gran
represión que hace el gobierno marroquí sobre los rifeños.
Nos ha sido muy grato conocer
que tienen una palabra específica para nombrar la niebla que les llega del mar,
“marinada”. No es la de “taró” fenicia que usamos en la costa mediterránea
andaluza y en la isla de Ibiza.
Qué deciros de la emoción de
volver a caminar entre las callejuelas del barrio Gótico, pasar debajo del
dragón y llegar a la plaza del Pi. Para comprobar que el pino es ya todo un
señor árbol. Una pena, el rosetón de la iglesia
de Nuestra Señora Del Pi, estaba cubierto con una fina red y apenas se
divisaba.
Hemos hablado con muchos
catalanes que sufren la ceguera de
nuestros gobernantes. De un bando y de otro. Desde aquel que sale en la
TV, con la cara crispada y los puños cerrados, al otro que llama al ejercito
para que invada Cataluña o al obispo que en misa mayor de su catedral arenga a
sus fieles, diciéndoles que los
catalanes están en “pecado mortal” y les va enviar a la “Santina” para que los
salve.
Hemos compartido al sabiduría
de nuestro añorado D. Jorge Guillén cuando en su casa de Málaga nos decía :
¿Patria? ¿Cuantos muertos?
Han conocido que no tengo
patria ni bandera, pero hoy soy catalán con ellos.
Nos hemos lamentado de que
Andalucía no tuviese autovías de peaje desde hace cuarenta años. Los granadinos, por ejemplo, se hubiesen
ahorrado un dineral, mucho tiempo y
malos ratos para poder llegar a la
playa.
Hemos comentado que los vascos
tienen 7 años más de vida que los
andaluces. Que no es presentable que por apoyar a un corrupto gobierno, se les
de millones de euros, mientras que los pueblos asturianos, castellanos o
andaluces languidecen.
Que es necesario meter en la
cárcel y hacerles pagar todo lo que han
robado, a tantos ladrones como pululan por las Españas y después, sentarnos a hablar todos,
tranquilamente, por solucionar la
convivencia en esta sociedad tan enferma que nos ha tocado vivir.
Una abraçada. Un abrazu. Un
abrazo.
PAZ A LOS HOMBRES AUNQUE NO TENGAN BUENA VOLUNTAD
Miguel Bueno
Barcelona, octubre 2017
Ilustrativo y emocionante, como siempre. Un abrazo!!!
ResponderEliminarPreciosa entrada, Miguel.
ResponderEliminarBonito viaje lleno de nostalgia y bonitas fotos. Un abrazo
ResponderEliminarFalto comentar que hiciste en el mismo tiempo de esta aventura, un ayuno y que te permitió vivir ese momento con más intensidad. Un abrazo Miguel
ResponderEliminarDamien de Miayuno