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20 marzo 2011
Esas cosas nimias. No a la guerra
Esas cosas nimias, tan pequeñas, que te permiten mirar tras la montaña.
El café calentito al sol de la mañana.
El sabor de la naranja, tan suave, ni dulce ni agrio.
Mirar cuanto ha crecido la flor del magnolio.
Dar una vuelta al cerezo para ver como brotan las yemas.
Cuidar si llegó el corzo a pastar al prado.
Sorprender a los pájaros sobre la caja-nido que colocaste ayer.
Abrir el ordenador para engordar un poco con los comentarios a fotos y textos.
Coger la bicicleta para dar los buenos días al vecino.
- Si, buen sol hace, pero viene el aire fino. Y te vuelve a contar que cuando la mili estuvo en Málaga.
Recoger el periódico que te da la razón en lo que piensas.
Repetir el dialogo diario con la kiosquera.
- ¿Y la señora?
- En casa, con sus libros y su costura.
- ¡Ah!
Volver a casa para leer lo que ya sabes. Otra guerra. ¡Qué inútiles! ¡Querer exportar la democracia a bombazo limpio! y lo peor es que saben cuando empiezan, pero ni cómo, ni cuando acabar. Después, tendrán la desfachatez de decir que los muertos son daños colaterales.
Te cabreas, te ves impotente, y no te queda más remedio que calentarte al sol de la recacha con un vaso de vino y un poco de queso del país.
Eso digo yo! otra guerra mas....todos son iguales...
ResponderEliminarBesos
Las guerras, las guerras!!! qué vergüenza causan Piedra.
ResponderEliminarLo bueno es que algunos no pierden la capacidad de apreciar las cosas nimias de la vida, lo que da alegría.
Me hizo reír como acaba el día y se cura la resaca moral con vino y queso, no podía ser mejor.
Preciosas palabras.
Saludos.
De pequeñitos instantes se realiza la vida.
ResponderEliminarUn besito :-)
Pd: Las guerras deberían ser instantes no dados.
Ya sabes MIguel...todo son daños colaterales...yo hoy también necesitaría una cura de esas... con vino y queso de la tierra, y estar en LLanes...ha sido creo... mi peor día en lo laboral que he tenido...que más tendré que ver en la educación, en la enseñanza destruída...
ResponderEliminarabrazotedecisivo
Ole Miguelito!!!
ResponderEliminarTratamos de curarnos, con estas pequeñas cosas que tenemos a nuestro alrededor, del dolor y la rabia que produce al comprobar que la humanidad no ha evolucionado para nada en lo que se refiere a la terrible lacra de las guerras.
ResponderEliminarComo dice Beatriz... qué verguenza!!
Un abrazo.