14 febrero 2012

Las Negras – Aguas Amargas. Cabo de Gata, Almería.


De playa en playa y vuelvo porque me apetece. El paisaje, las calas, los rincones que parecen esperar que los descubras tu solito , como si desde nuestros neandertales nadie hubiese pasado por allí.
Las Negras es un caserío de Níjar con 349 habitantes y solo el 45% españoles, dominando entre los extranjeros la colonia alemana.
Aunque la leyenda hace referencia a que el nombre de Las Negras se debe a las viudas de los marineros del pueblo, que vestidas de luto recorrían las pedanías vecinas para pedir algo que llevarse a la boca. Más bien creo, que no es necesario recurrir a historias que se repetían en todos los pueblos. La colada andesítica  que vuelca al mar toda su negritud en el llamado Cerro Negro, es tan espectacular en las cercanías del pueblo, que bien ha podido dar nombre al caserío.
A hora y media a pie, y a seis euros en barco se puede llegar a la cala de San Pedro, con un manantial de agua que hace de ella un verdadero oasis; donde en su cueva te puedes embadurnar con lodo en un verdadero baño de barro “medicinal”.
En el camino a Aguas Amargas encontrarás los montículos blancos de bentonitas, arcillas originadas a partir de la alteración de tobas volcánicas, que tienen infinidad de aplicaciones. Solo hablaré de los lodos utilizados en perforaciones petrolíferas y de su uso en las camas de gato.
La bentonitas tienen tal capacidad de adsorber, hasta 5 veces su volumen de liquidos, y son tan aglomerantes, que en contacto con la orina forman bolas duras y secas externamente, de fácil manejo para retirarlas.
Los lodos bentoníticos , en perforaciones de miles de metros, se introducen por las “varillas” y salen al exterior arrastrando los detritos rocosos entre los tubos y las paredes, con lo que evitan el desplome de estas, que atraparían las varillas en caso contrario, parando el movimiento rotatorio del sondeo y claro, nos sacan al exterior la roca triturada para poder continuar sondeando.
En Aguas Amargas encontramos la playa cubierta de los restos secos de Posidonia oceánica, planta con flores que forman las tan admiradas praderas submarinas, bioindicador de la calidad de las aguas marinas costeras y que los no informados confunden con algas. En el extremo oriental de la playa, aún quedan restos del antiguo embarcadero de mineral de hierro, procedente de las minas de Lucainena de las Torres.
El las cercanías de la playa de los Muertos, entre el denso matorral que cubre el acantilado, tomé nota de una orquídea, florecida en el mismo mes de enero. Aunque la playa recibe el nombre de los restos de náufragos que las corrientes dejaban en su orilla, ahora es una cala encantadora sin ninguna construcción cercana.














7 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Se aficiona uno de inmediato a tus fotos y tus textos. Aclaran, definen, e incluso tienen su lado antropológico. La verdad es que la combinación de ambos son una delicia.

Un abrazo.

Nerim dijo...

Excelente relato Miguel y ¡¡¡que fotografias tan impresionantes!!!, sobre todo la última, con tu permiso me la he guardado en mis favoritos, solo con mirarla dos veces me he enamorado de esa parta de la playa de Cabo de Gata, un lugar que siempre he querido conocer pues siempre me han hablado de su gran belleza, espero que pronto tenga la oportunidad de poder ir por esos lares.

Un fuerte abrazo

Esmeralda Torres dijo...

Extraño el mar, y me encantaría ese baño de lodo. Gracias por que tus fotografías y relato me transportan!

La sonrisa de Hiperion dijo...

Al fin y al cabo, aguas del sur...

Saludos y un abrazo.

Esmeralda dijo...

Preciosas fotos !!
que lugares de ensueño!!

Es una delicia pasar por tu casa siempre se aprende.
Un abrazo

Mª Angeles B. dijo...

Ahora con los tranquilas que estan, se respira paz en ellas y apetece mas que nunca regresar una y otra vez.

Precioso reportaje.

Besos

elena nuez dijo...

Miguel como guía turística eres la bomba, que ganas de escapar a cada uno de estos rincones, son auténticos paraísos!!!

Un abrazo y feliz domingo,
Elena