A finales de septiembre, con
una temperatura veraniega y sin haber aparecido aún el otoño ni en la arboleda,
hemos dado un paseo a las Vegas de Sotres.
Se puede dejar el coche al
inicio del carril que da paso a Pandébano y a las Vegas, en la curva
pronunciada de la carretera a Sotres.
Nosotros dejaremos a la
derecha el carril a Pandébano que acerca
a los Urrieles y cogeremos al frente el de la Vega, sobre los invernales de
Cabao, tras dejar atras los del Teju, que cómodamente recorre el fondo del valle periglaciar, encajado en el gran valle glaciar que llega hasta los
puertos de Aliva.
Las Vegas de Sotres se localizan sobre el fondo plano del valle
periglaciar. Un invernal para recoger al
ganado los días malos del invierno, con las viviendas aún en buen estado.
Al fondo del caserio, destaca
un ejemplo espectacular de modelado periglaciar , el cono de derrubios, producido por gelifracción (fracturas de las
rocas por la acción del hielo-deshielo) y
posterior depósito gravitacional.
Aunque el caserío parece hoy
abandonado, las vegas rebosan de vida, a los rebaños de vacas y ovejas se unen las piaras de rebecos
que bajan a disfrutar de la hierba
fresca en la misma vega.
Los rebecos estos últimos
años, se han acostumbrado a la presencia del hombre que ya no
los atosiga a tiro limpio, y no huyen ante nosotros, dejándose
fotografiar a placer.
Para que la dicha sea
completa, podemos disfrutar de la fuente que mana en la misma vega. Compartir
el pilón con las ovejas y mientras
nosotros bebemos del caño, ver acercarse a lo rebecos.
Durante todo el camino no dejamos de ver al pueblo de Sotres, arriscado
entre peñas que parecen protegerlo de las ventiscas invernales.
Como no solo de buen agua se alimenta
uno, andandito volvemos a Sotres, para tomarnos un buen plato de cabrito. El
arroz con leche no lo tenían quemao y lo cambiamos por una tarta casera de queso, pero la
pitanza fue de las que recordaremos durante mucho tiempo.
Con parajes como éstos, no hace falta soñar.
ResponderEliminarEllos son el sueño.
Me gustaría ser piedra por donde saltan las cabras y una cueva escondida para entrar en el vientre de la Tierra.
Tierra somos.
Gracias Soco.
ResponderEliminarEn realidad fue un día de ensueño.
Mi mujer se ha hecho momtañera después de muchos años y junto a los amigos Delfín y Carlos dimos un paseo maravilloso hasta ver los rebecos que pastaban tranquilamente junto a nosotros.
Expresiones
Piedra
¡Que zona más hermosa es esa que tan bien describes y fotografías. Me traes buenos recuerdos, de algunas travesías que incluían esos parajes.
abrazos MyM
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