Páginas

17 enero 2011

Miradas



No paraba de mirar, preguntándose quién era ese tipo de barbas blancas con el cacharro tan raro pegado al ojo.
No tuve más remedio que contarle bajito, al oído, que andaba despistado buscando a un pariente perdido, y había llegado a meter las narices donde nadie me había llamado.
No se si me entendió, pero se despidió sacando la lengua, como burlándose de mí.

5 comentarios:

  1. Bichito bonito...y se atrevió a hacerte todo eso? jajajaja.
    abrazotedecisivo a los dos...anda y a ese pariente nuestro también jejejeje.

    ResponderEliminar
  2. Qué lindo y expresivo, parece sorprendido con lo que le has contado Miguel.
    Encantadora toma.

    Saludos.

    ResponderEliminar