25 octubre 2009

Pacanda

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Resulta que Pacanda además de ser un pueblo de Asturias al que puse nombre durante un sueño de una noche ganada, también existe en la realidad del estado de Michoacán de Ocampo en México, donde así es llamada una isla del lago Pátzcuaro.
El nombre proviene del purépecha y significa " empujar algo al agua".
Quién iba a decirme que soñaba en purépecha.

23 octubre 2009

Regalo




Bebió el agua que tanto tiempo hacía que no cataba y consiguió encontrarle sabor, el sabor de su juventud, cuando tuvo que abandonar su querida Tereñes para ir a una Venezuela inhóspita, a la que no sabía si llegaría a querer tan solo un poco de lo que amaba a su querida Asturias. Había perdido su acento, logrado con la facilidad que da escuchar a los tuyos, de tanto oír hablar el castellano de ultramar. No tuvo la suerte de ser emigrante en un país donde la lengua fuera tan extraña, que le hubiese mantenido los dejes de su casa intactos.
Realmente, su vida en Venezuela fué un paréntesis. No tenía historias que contar, pues el tiempo transcurrido no llegó a transformarse en eso, en historias que contar. Ni tan siquiera contó el país con un presidente que diera que hablar, hasta muchos años después de su regreso. Fué la vida de otro, la vida sin vivir.
Buscó sus huellas por el entorno, pero no hubo suerte. Cómo era posible que los dinosaurios lo hubiesen logrado y él, que se había mantenido fiel a su tierra desde tan lejos, no encontrase el menor vestigio de sus madreñas. Dónde estaba el premio a la fidelidad, a esos años no vividos aguardando el regreso a la verdadera patria querida de la canción, que hubo veces que bebió hasta que los perros le lamieron el hocico, para entonarla, o desentonarla en su caso, como Dios manda.

Texto de mi querido Rafa Utrera. Fotografía de Piedra, hoy, desde la ventana en Pacanda

22 octubre 2009

En recuerdo de Miguel "El Grande"




Bajaba de la sierra
con palmitos y esparto
un día de mala suerte.
Tres penas de muerte
le impuso el tirano
por pasar por el puente
de Ana María
la tarde que estalló
el petardo.
Cuando le conocí,
venía de recorrer
los penales de España,
de Ocaña a Santoña,
de Santoña al Dueso
del Dueso a Ocaña
y vuelta a empezar,
durante los veinticinco
años en que le quedó
la perpetua con la remisión.
Aún era recio
y de potente voz.
Ahora no es nada
-me contaba-, antes pegaba
un grito
en lo alto del río
y se oía en la mar.
Fue a regresar al pueblo
aquel año de las papas baratas
y decía con su vozarrón:
a mi qué me da
el precio de las papas,
salí de tres penas
de muerte,
ya aguantaré que
las papas no valgan.


Todo es real en el poema. Mi pariente Miguel, tan grande como buena persona, estuvo media vida en la cárcel por ser el primero en pasar después de haber explotado una bomba bajo el puente de Ana María cerca de Nerja (Málaga). Lo condenaron injustamente a tres penas de muerte, como si fuese a vivir tres veces; después se la conmutaron por cadena perpetua y salió de la cárcel con la amnistía a los 25 años de la guerra civil.
Cuando le conocí acababa de llegar a Nerja, donde labraba unas pequeñas tierras. Vestía pantalón de pana raído por el uso y chaqueta de tela. Su voz era tremenda, parecía salir del interior de la tierra. Es cierta la anécdota del precio de las patatas ( papas en Nerja ). Cultivó papas el año de su regreso a Nerja y al cosecharlas no se costeaba ni el precio de la simiente.

Fotografía: Puente de Ana Maria. Nerja

20 octubre 2009

Anochece en Pacanda



Sin saber,
la tarde se vuelve noche
tan despacio
como el aire brisa,
la luz estrella.
Pierden el perfil las encinas.
Respira fatigada la lechuza,
y repite sin descanso
su nombre el búho,
haciendo eco en la montaña.
Dos luceros brillan a ras de suelo:
el gato busca compañía.
Ladra el perro sin motivo aparente,
¿Será a la ronda del raposo,
o al paso rápido del jabato?
El cielo se cubre de estrellas.
Luce casi blanco
el “Camino de Santiago”,
recordando a los romeros
que pueden continuar la ruta.
El silencio se hace grande,
la noche viene tranquila.
Descansan los cuerpos
se calma el espíritu.
Llega la noche a Pacanda.

Fotografía: Anochecer en Piedra ( Llanes ).

18 octubre 2009

LLanes. Sus ventanas




Llegarán despacio
a mirar de cerca
las ventanas de flor y piedra.
Llegarán de tierras diversas,
dispersas por el mundo
con ventanas diferentes.
Unas al Sur, de cal y reja;
otras de cristal
con delicados visillos;
o de madera multicolor
en los cantones de Suiza.
Todas bonitas,
pero las ventanas de Llanes
de sencilla piedra y flor,
son tan bellas,
que desde hace siglos
llegaron gentes
a conocerlas.

Fotografías: Llanes, Asturias

15 octubre 2009

Ribadesella. Luz de otoño








Imagino un paseo
junto al mar,
donde caminar
con el sol de cara
a resguardo de la montaña.
Otear los barcos
que vuelven del Gran Sol.
Mirar los pescadores
con toda su calma
en la lucha por las lubinas.
Ver los remeros
bajar y subir la ría
a prisa por llegar.

Qué distinto los días
de la juventud a la madurez.
Ahora ver pasar las olas
llena toda la vida,
antes mirar el mar
era perder tiempo.
¡Cuanto cuesta aprender
que el tiempo no se pierde!


Fotografías: Ribadesella, Asturias

13 octubre 2009

Pacanda. Inicios de otoño






La última flor del verano aparece herida en el esplendor de sus pétalos blancos, conoce lo efímero de la belleza, sabe que su lucha contra el destino es vana, pero mientras tanto muestra orgullosa su beldad y se deja acariciar por la luz suave, delicada, del sol otoñal.

La parra virgen se defiende con toda su fuerza de los primeros fríos de la mañana, y antes de dar sus hojas al viento las viste de rojo intenso, perdiendo su virginidad. Quiere mostrar que su ofrenda no es gratuita, es su forma de pedir al sol que sea capaz de renovar su fortaleza para que pronto pueda levantar sin esfuerzo la niebla de la aurora.

10 octubre 2009

Hace medio siglo


Tardes grises de otoño, patio de internado. Granada hace 50 años. Un niño mira tarde tras tarde pasar las bandadas de aves en perfecta formación, no conoce su destino, pero vuelan libres turnándose en el vértice de la “v” para romper la resistencia del aire.
El cielo casi siempre cubierto con nubes que amenazan agua y la silueta de los pájaros recortadas en la tenue luz del atardecer. Parece increíble, hace tanto tiempo, y la imagen perdura nítida en la retina, como si fuese ayer. Sería el contraste entre la sordidez del internado y la libertad de los pájaros lo que ha hecho guardar el recuerdo.
Ahora que rememoro, los que éramos inútiles para el fútbol nos refugiábamos al final del campo, en el talud de la acequia, para construir galerías y túneles donde quemar las hojas secas y hacer salir el humo por las chimeneas excavadas en la tierra. Pero seguro que cuando ya salía el humo nos dedicábamos a mirar el cielo, el recuerdo de las fogatas se difumina ante la imagen del paso de los pájaros volando muy bajo camino quizás de los chopos de la vega. Hace ya medio siglo.

Fotografía: Cielo de Granada.

01 octubre 2009

Día de mercado. Huelva




Imaginaos llamarse Miguel y vender churros desde 1868 en el mismo local ( puestos números 6 y 7 ); no os asustéis, es el mismo tiempo que lleva el vendedor de lotería repartiendo suerte a la puerta del mercado, bueno, este empezó un poco antes, en 1812 cuando la ciudad liberada del francés, quedó bajo la jurisdicción del gobierno de Cádiz que había implantado la lotería moderna con el fin de hacer frente a los gastos de guerra. Lo único que ha cambiado es que cuando se prohibió la venta ambulante se agenció una silla para sentarse.
El que lleva también su tiempo, es el señor que busca una colocación para su nieto mirando las ofertas en el cartel anunciador del “Gran Teatro”. No sabemos en realidad si el cartel era anteriormente de un local de espectáculos o se refiere al gran teatro de la vida. Allí se recogen desde las ofertas de clases de latín a domicilio, a los reclamos de fontanería moderna en cobre, los anuncios de pintores de brocha gorda o el de “señora decente se ofrece para cuidar niños o caballeros”. Para no cansaos os copiaré sólo el de la venta de garaje económico para coche sin carnet o el de “marido en alquiler”. Si no lo veis con vuestros propios ojos, seguro que pensareis que es invento del que suscribe.
La gente que entra y sale parece ajena al transcurrir de los días, cierto que no tienen ni idea de la fecha de inauguración del mercado, ni que fue el mismo año en que Carlos Manuel Céspedes dio la libertad a sus esclavos y comenzó a luchar por la independencia de Cuba; el mismo año de la Revolución “La Gloriosa” cuando se derrocó a Isabel II y se creyó acabar con los Borbones. ¿Quién iba a pensar que quedarian Borbones para rato?

Fotografía: mercado del Carmen, Huelva