22 mayo 2013

En tren, Cusco-Puno, Perú.

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Ya cuando accedes al tren, te liberan de las maletas. Las maletas las llevan al vagón almacén y tu subes libre como un pajarito.
Entras en los años 20 del siglo pasado, mesa con tulipa y mantelito. Adornos modernistas por doquier, iluminación con lamparitas en el techo, aunque hace un sol espléndido, y varios camareros uniformados que rápidamente te preguntan que aperitivo deseas.
Has subido al Andean Explorer en Cusco y te esperan 10 horas de viaje hasta Puno.
Los primeros kilómetros se hacen paralelos al río Huatany entre poblados de adobe y montes con eucaliptos.
Te molestan los eucaliptos, no has hecho 12000 Km. para ver eucaliptos y esperas que cambie el paisaje, y en verdad cambia.
 Con la altura desaparecen los eucaliptos, se abre el valle y comienzas a ver los picos nevados de la cordillera andina, los valles glaciares con su U característica y los circos cubiertos de nieve.
La gran extensión del altiplano, con rebaños enormes de alpacas, que han bajado de las cumbres para aparearse al final de la temporada de las lluvias, no te dan descanso, y consigues la foto del macho montando a la hembra.
Al llegar a La Raya (4321 m.) el punto más alto del recorrido, el tren se toma un respiro, descansa, y los viajeros podemos bajar al mercadillo, entre cumbres  nevadas al alcance de la mano.  Nos dicen, que esta mañana habían amanecido nevadas hasta las mismas vías del tren.
Te mueves lentamente, le temes al soroche, y entre la falta de oxígeno y la belleza del paisaje estás como un poco ido. Compras unas cuantas bufandas finísimas de lana de alpaca para los amigos, y la consorte que ha cogido el soroche te la monta.
Haces las fotos a la ermita y dejas constancia de las paisanas que visten sus ropas tan coloridas.
 Al toque del silbato, vuelves al tren, y aunque el camino ahora desciende, no por eso aumenta la velocidad.
Te vas al vagón “mirador” y sigues haciendo fotos a los pequeños poblados del altiplano, a los rebaños de alpacas y al mismo tren, que se deja fotografiar sin protestar.
Se abre aún más el altiplano y los ríos van, en la llanura, tan lentos como el tren.
De pronto cambia la visión, entramos en Juliaca, nos abrimos paso dentro de un gran mercado, con los puestos casi rozando las ventanillas. El tren circula solo tres veces por semana y el espacio de las vías es mientras tanto aprovechado para vender y comprar, retirando la mercancía momentos antes de que pase.
Se vende, se repara o se cambia cualquier tipo de mercancía. Nos cuentan que vienen al gran mercado todas las gentes de los pueblos vecinos, incluso desde el mismo Puno, a 45 Km. de distancia.
Con las últimas luces del día llegas al lago Titicaca, pero esa es otra historia.

Piedra
  














7 comentarios:

Antonio Jesús dijo...

Un Fotoreportaje precioso...Un lugar digno de visitar y al que me iría sin dudarlo...Las fotos son impresionantes.Un saludo desde Almería.-
http://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/

Esmeralda dijo...

Lo que estoy disfrutando estos días con tus reportajes y explicaciones!!!
te lo has debido pasar genial y el disfrute incomparable.

PD: si me toca la rifa me hago ese viajecito jajaja
Gracias Miguel
Abrazos fuertes

BEATRIZ dijo...

Maravilloso, con razón también a los que vemos tus fotos nos dejas un poco idos,jaja.

Estupendas vistas, has hecho buenas perspectivas esta vez.

Beatriz.

Bibliolibre dijo...

¡Qué hermosura de viaje he realizado gracias a tu texto y tus imágenes sin moverme de mi sillón!
Realmente precioso. Gracias

tecla dijo...

Magníficas fotos, Piedra. Cómo debes de disfrutar haciéndolas.
Qué gustazo increíble viajar y luego describir.

Me gustaría poder estar en todas partes.
No pierdo la esperanza.

Joop Zand dijo...

Wonderful pictures from a very nice trip....i can see that....Miguel your pictures are fantastic.

Greetings, Joop

thanks for your comment.

alfonso dijo...


Da gusto leerte y disfrutar del viaje contigo. Incluso, se te perdona la envidia que das.

· dos abrazos

· CR · & · LMA ·