En homenaje a Emilia la de La
Plana, mi abuela mareña que trajo el apodo a la familia.
Itinerario:
Maro – Nacimiento de Maro –
Arroyo de Los Colmenarejos – Valle del río de La Miel – Castillejos – Cortijo
Leopoldo – Lomas de las Cuadrillas – Marina – Cantarriján – Playa del Cañuelo.
0.- Plaza de Maro.
Punto de reunión y salida. Maro
1.- Nacimiento de Maro.
Modelo de fuente cárstica, gran caudal,
muy variable, con aguas ricas en
magnesio, que presupone un recorrido en profundidad por las entrañas de sierra
Almijara.
2.- Arroyo de los
Colmenarejos.
Arco natural de Colmenarejos (Puente Piedra). Durante una crisis resistática Cuaternaria el
aporte de cantos por gelifracción es de tal magnitud que colapsa el valle. Una
posterior etapa fluvial excava los depósitos, dejando el arco en los materiales
más cementados. Punto kilométrico 296 '600 de la N-340
3.- Valle del río de La Miel.
Valle hoy subtropical, modelo del cambio
climático que vivimos. En el Nacimiento conviven antiguos cultivos de castaños
(Castanea sativa) con los actuales subtropicales de aguacates (Persea
gratissima o Persea americana) y chirimoyos (Annona cherimola).
4.- Castillejos.
Peñón de mármol dolomítico que destaca
sobre el nacimiento del río de La Miel y los materiales esquistosos de más
fácil erosión, que lo rodean por la vertiente sur.
Espectaculares restos de
murallas, aljibes y construcciones abovedadas de época del califato árabe.
No me resisto a transcribir
un fragmento de lo escrito en la entrada Castillejos de mi blog:
“Lo más difícil para algunos es usar y
disfrutar de todos los sentidos en la sierra: chocar dos piedras para quedarte
con el inconfundible olor de los mármoles alpujárrides. Tocar el romero y los
diferentes tomillos para identificar sus perfumes. Oler la Bituminaria
bituminosa (trébol hediondo) o el delicado Dianthus malacitanus (clavelina) y
para los muy interesados, sorprenderse con los aromas de la Putoria calábrica
(hedionda).
Escuchar el silencio de la montaña, o
el cantar de las chicharras en verano que a veces te sorprende con su
intermitencia. Tocar la superficie del lapiaz y deducir los surcos del agua.
Saborear los dátiles del palmito, la única palmera autóctona de Europa,
cuidando de mondarlos, y mirar, mirar a lo lejos, el mar y las montañas, los
cortijos del nacimiento como un belén allí abajo, y los pinos colgados en las
laderas de las sierras vecinas. Ver de cerca las una y mil florecillas de
nuestro monte mediterráneo.
Ahora sólo quiero destacar los
acebuches (Olea europae var. sylvestris) hechos bonsáis por el ramonear de las
cabras y los palmitos enormes (Chamaedorea humilis) en medio de los tajos
inaccesibles”.
5.- Cortijo Leopoldo.
Ruinas de un cortijo con almazara,
lagar, bodega y vivienda.
Que quiero aprovechar para hacer un
homenaje a los hombres y mujeres de sierra Almijara representados por Dolores y
Frasquito, los últimos habitantes del cortijo.
Transcribo algunos textos de mi libro Paisaje y Educación II, escritos en
su memoria.
“Dolores, nombre propio que bien podía
ser colectivo. En su olla siempre había comida, el preguntar ¿Quiere Vd. comer?
Nunca fue un cumplido, ni una forma de hablar. Sus días parecían tener cuarenta
horas, y cada trabajo su tiempo, suya era la cabra, suyo el buscar los
cigarrones para los perdigones, suya la casa, suyo el huerto, suya la costura,
suyo el horno de pan hacer, suyo el encontrar cualquier cosa en cualquier
momento.”
“Frasquito siempre sabía la hora que
era. Miraba el color del cielo y te decía la hora. Todos los días al acercarse
las dos, echaba mano de su reloj de bolsillo y comprobaba que eran los dos en
punto, entonces levantaba el crochet y encendía la radio. La radio estaba en el
centro del bazar, junto a la foto de la mili del hijo y a los platos y tazones
de lujo que nunca se usaban, esperando un día de fiesta que nunca llegaba. De
dos a dos y media se oía en silencio el flamenco.
Dolores parecía no escuchar, siempre estaba atareada con su trabajo, se movía sin hacer ruido. Para encender la lumbre, usaba un largo canuto de cañavera que al soplar avivaba el fuego y rápidamente colocaba la trébede para asentar en ella la olla.
Frasquito nunca cantaba, pero el rito de escuchar el cante era una liturgia, tampoco comentaba. A las dos y media en punto, al acabar el programa, apagaba la radio y la volvía a cubrir con el encaje, hasta el día siguiente a la misma hora.
Dolores no paraba. Mientras la olla hervía, llamaba a las gallinas que acudían rápidamente a recoger los granos de cebada. Visto y no visto, dejaban el suelo limpio. Si la olla tardaba un poco más, cogía la cesta de la ropa y zurcía alguna camisa vieja”. http://miguelbueno.blogspot.com.es/2006/10/las-dos.html
Dolores parecía no escuchar, siempre estaba atareada con su trabajo, se movía sin hacer ruido. Para encender la lumbre, usaba un largo canuto de cañavera que al soplar avivaba el fuego y rápidamente colocaba la trébede para asentar en ella la olla.
Frasquito nunca cantaba, pero el rito de escuchar el cante era una liturgia, tampoco comentaba. A las dos y media en punto, al acabar el programa, apagaba la radio y la volvía a cubrir con el encaje, hasta el día siguiente a la misma hora.
Dolores no paraba. Mientras la olla hervía, llamaba a las gallinas que acudían rápidamente a recoger los granos de cebada. Visto y no visto, dejaban el suelo limpio. Si la olla tardaba un poco más, cogía la cesta de la ropa y zurcía alguna camisa vieja”. http://miguelbueno.blogspot.com.es/2006/10/las-dos.html
6.- Lomas de las Cuadrillas.
Jaral de jara pringosa (Cistus ladanifer). De la jara pringosa se
obtenía el ládano, para el caso, se hacia pasar un rebaño de ovejas entre las
jaras, después se esquilaban y de la lana se separaba el aceite de ládano,
utilizado en medicina para aliviar la tos y los dolores reumáticos. Hoy en
desuso.
7.- Marina.
En los cortijos de la Marina, se cultivaban en los años 50 del siglo
pasado tomates de invierno. En la solana, mirando al mar y protegidos de los
vientos del norte, se criaban tomates de secano en pleno invierno. La técnica
consistía en cavar un hoyo profundo donde en la tierra removida, se mantuviese
la humedad de las lluvias otoñales y permitiesen la fructificación de la
planta.
8.- Cantarrijan.
En las ventas cercanas al puente del Límite, se concluirá la ruta en
invierno.
9.- Playa del Cañuelo.
En verano se bajará a la playa para
disfrutar del agua después de la ruta y los servicios de intendencia pasarán a
recoger los senderistas.
Por fin. ¡Cuanto nos alegramos!
Durante años, denunciamos en todos los foros, los carteles de AGUA NO POTABLE que la Junta de Andalucía colocaba en todas las fuentes, aunque fuesen de montaña, sin ningún tipo de cultivo ni presencia humana.
Nos parece mucho más correcto lo de agua "No tratada ni clorada", y que los vecino puedan coger agua tranquilamente.
Nacimiento de Maro. Nerja. Característica fuente cárstica, de gran caudal variable, rica en Magnesio que indica su recorrido profundo por las entrañas de Sierra Almijara.
Barranco de los Colmenarejos. Garganta fluvial encajada en los mármoles dolomíticos alpujarrides. Repleta de vegetación: pinos, palmitos, coscojas, boj, rusco, aristoloquias, algarrobos, ricinos, espartos, lentisco, retamas, ajos silvestres, espinos, etc.
Durante un periodo glaciar Pleistocénico, la crisis
rexistática (clima seco con lluvias torrenciales), en ausencia de vegetación,
produce gran cantidad de clastos por gelifracción (hielo-deshielo) que son
transportados por corrientes fluviales muy energéticas, colmatando el valle de
los Colmenarejos. Con posterioridad existe una
etapa erosiva, que socava los sedimentos de la brecha cementada,
originando el Puente Piedra.
4 comentarios:
Qué abundancia de entrada, Piedra. Y esos pequeños cortijos destruidos por el tiempo que añora todo cuanto en ellos se vivió y se gozó, y se padeció.
Da para sentir mucho.
No me extraña que estés tan encaprichado con tu tierra y la ames tanto.
Un recuerdo para Emilia la de La Plana, tu abuela mareña.
Un abrazo.
Gracias Soco.
Son recuerdos ya añejos. De niño pasábamos los veranos en el cortijo de Mariquita Vela, entonces en plena producción, todas las tardes las pasaba ayudando a darle la vuelta a los higos, puestos a secar en el pasero.
Abrazos
Piedra
Ya imaginas cuánto me gustaría hacer ese itinerario. De mano de un maestro, no me perdería ni una explicación, ni un disfrute.
Fotos soberbias, como siempre.
un abrazo MyM
· LMA · & · CR ·
Pues como tardes mucho, querido ñOCO, creo que el maestro se te jubila y te sigue desde el campamento base.
Expresiones
Piedra
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