04 agosto 2016

Camino de Santiago, Asturias ll. Buelna-Andrín.


 Como comentaba en la entrada anterior la ruta de hoy la hacemos por el Camino de Santiago desde Buelna a Andrín, con alguna variante para no separarnos del borde del mar, sobre los acantilados.
Todo el camino transcurre por la rasa costera de Llanes, la antigua plataforma de abrasión submarina, elevada por las pulsaciones del plegamiento  alpino entre 30 y 43 m, sobre el nivel del mar actual, surcada por algún curso de agua entre los que destaca el río Purón que talla un cañón, salvable por un puente de madera.
Las calizas de la unidad Picos de Europa, aparecen muy carstificadas con  salientes y ensenadas que originan una costa muy irregular con pequeñas calas como la de Buelna o algo mayor en la playa de Vidiago, entre acantilados subverticales.
Como ocurre en muchos lugares  de la costa llanisca, las galerías subterráneas, de cuando el nivel del mar  en la última glaciación estaba 100 m. bajo el actual, se inundan en marea alta y el agua presionada sale por los sifones, originando los bufones, bramadorios o resollos, que así son  llamados los surtidores de agua a gran altura. Nosotros pasamos junto a los bufónes del Palu (Arenillas), cerca de río Purón.
El camino transcurre entre prados de ciega con sus tonalidades de verdes cambiantes, según esté la hierba  de corta. A veces repletos de flores amarillas del diente de león (Taraxacum officinale) o rojas del trébol rojo (Trifolium pratense).
Queremos destacar, para que no se lo pierdan, los espectaculares madroños (Arbutus unedo), a la salida de Buelna, camino de su playa. Los madroños los hemos visto autóctonos en el curso medio del río Ereba en Nueva de Llanes. Estos creemos que serán cultivados. Están cargados de frutos y seguro serán todo un espectáculo en otoño.
También nos sorprendió por su belleza la gran acacia de Constantinopla (Albizia julibrissin) en el camping la Paz de Vidiago. Repletas de flores rosas en agosto. Esta albizia es muy rara verla en Asturias.
Y por doquier, sobre todo en Pendueles, los macizos de hortensias multicolores adornando el caserío.
Recomendamos a los amigos que decidan hacer la ruta, bajar a la playa de Vidiago desde el camping, seguro que no se arrepienten, aunque tenga que subir más tarde al camino oficial, para continuar su peregrinar.
Podemos ver al cormorán grande (Phalacrocorax carbo), secándose en los acantilados. Sus plumas no son completamente impermeables para aumentar el peso, y bucear con facilidad. Después las ponen a secar.
Acabamos la ruta en Andrín, donde volvimos a coger el bus playero que nos llevó de vuelta a casa. El casco antiguo de Andrín es otra belleza, he querido mostrar su lavadero público, por lo bien cuidado que se mantiene, aunque no pueda hacer la competencia a las lavadoras.

Piedra















6 comentarios:

Paloma Robles Blanco dijo...

Qué maravilla de reportaje!!!Es de una belleza increíble . Gracias por ofrecernos estas maravillosas imágenes.

Miguel Bueno Jiménez dijo...

Gracias Paloma. Todo un honor, por venir de ti que tienes un blog tan maravilloso con tantas rutas de montaña.
Abrazos y expresiones

Piedra

tecla dijo...

Menudo reportaje, Piedra, es una manera hermosa y limpia de gozar con la vida.
Me encanta el lavadero, y las hortensias y el balcón de madera con sus ropas tendidas al sol.
Lástima que no esté cerca para poder caminar estos lugares mágicos.
Te deseo lo mejor.

Miguel Bueno Jiménez dijo...

Gracias Soco.
Lo tienes muy cerca. Barcelona-Santander en avión. Santander-Llanes en el tren FEVE. Haces medio Transcantábrico por 4,20 euros.
Abrazos

Piedra

alfonso dijo...



Con este post nos afilas lo dientes. Las fotos son fantásticas y nos dan una idea cabal de lo que es la ruta.
Solo, y como complemente, le vendría bien un mapa del itinerario y la longitud total, de ida y vuelta,, sin bus playero.

Un abrazo, Miguel.

· LMA · & · CR ·

Miguel Bueno Jiménez dijo...

Gracias ñOCO.
Tu tienes más experiencia con romeros a Santiago y quizás mis observaciónes no sean válidas, por lo que he visto a los peregrinos se les hace muy dificil desviarse del camino aunque sea 100 m.
Muy pocos se acercaban a la iglesia románica de san Antolín aunque les insistia que era un paseo de ida y vuelta muy corto, y veian la iglesia a dos pasos.
Mi entrada la pueden usar como una simple sugerencia, no he pretendido otra cosa.

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Piedra