Saludo primaveral desde Pacanda

Desde Pacanda quiero saludar la primavera, con las primeras flores del cerezo de casa, a todos los amigos blogueros que desde tanto tiempo vienen animándome a mantener estas páginas abiertas.

Expresiones

Piedra

Esperando la primavera. Llanes

Mientras en los prados la primavera luce todo su esplendor con los cerezos en flor, la villa tiene otro ritmo, parece que la distancia entre la ciudad y el campo es tan grande, como lo es en la realidad; dos mundos tan cerca y tan distantes, que ni para la estaciones se ponen de acuerdo.
Los bancos del parque permanecen solitarios, como en pleno invierno. La gente pasa tan aprisa que ni miran que hoy salió el sol y empieza a calentar. Quizás esperen el ajetreo de forasteros para sentarse a ver pasar el bullicio. Hoy en Llanes, aún no ha llegado la primavera.

www.artesanodefotos.com

Playa de San Antolín. Llanes

Del furaco a punta Pestaña hay un camino de arena y agua, de ida y vuelta. Sin otro motivo que ir caminando sobre la lámina de agua que deja la última ola de la marea.
La sensación de romper el espejo de agua es tan placentera, que cuando en la playa solitaria, por pura casualidad, tropezabas con el conocido que preguntaba:
¿Qué haces?
Sin dudar contestabas
Aquí, pecando.

Otra muchas veces el camino lo hacíamos con los amigos, charlando de lo mal que estaba el mundo y lo bien que lo vivíamos nosotros. Aunque tardábamos en dar la vuelta, no teníamos tiempo de arreglar nada y dejábamos la solución para otro día.
Si, es San Antolín, la playa abierta a la mar de Llanes, que durante muchos veranos ha permanecido casi solitaria, y donde unos cuantos cruzábamos el Bedón para perdernos en su inmensidad.

www.artesanodefotos.com

Regalo de artesano de fotos.

Gracias Ana y Enrique por el regalo a Piedra.
Ya sé, que en artesano de fotos tenéis mucho trabajo estos días, pero el montaje que habéis hecho de mi entrada “Al caer la tarde. Ovio, Llanes” es una preciosidad.
Aunque pierde en el formato del blog, quiero subirlo para que los amigos puedan disfrutar de vuestros diseños y se animen a probar con sus fotografías.
Los que deseen visitar Pacanda tendrán la oportunidad de ver como quedan vuestros trabajos en tela para colgar en la pared.

www.artesanodefotos.com

Esas cosas nimias. No a la guerra

Esas cosas nimias, tan pequeñas, que te permiten mirar tras la montaña.

El café calentito al sol de la mañana.
El sabor de la naranja, tan suave, ni dulce ni agrio.
Mirar cuanto ha crecido la flor del magnolio.
Dar una vuelta al cerezo para ver como brotan las yemas.
Cuidar si llegó el corzo a pastar al prado.
Sorprender a los pájaros sobre la caja-nido que colocaste ayer.
Abrir el ordenador para engordar un poco con los comentarios a fotos y textos.
Coger la bicicleta para dar los buenos días al vecino.
- Si, buen sol hace, pero viene el aire fino. Y te vuelve a contar que cuando la mili estuvo en Málaga.
Recoger el periódico que te da la razón en lo que piensas.
Repetir el dialogo diario con la kiosquera.
- ¿Y la señora?
- En casa, con sus libros y su costura.
- ¡Ah!
Volver a casa para leer lo que ya sabes. Otra guerra. ¡Qué inútiles! ¡Querer exportar la democracia a bombazo limpio! y lo peor es que saben cuando empiezan, pero ni cómo, ni cuando acabar. Después, tendrán la desfachatez de decir que los muertos son daños colaterales.
Te cabreas, te ves impotente, y no te queda más remedio que calentarte al sol de la recacha con un vaso de vino y un poco de queso del país.

San José, Posada la Vieja. Llanes

Miradas, ser visto, dejarse mirar, dar la vuelta, ensimismarse, entrar otra vez, volver a mirar; requiebros, citas, amores que nacen, viejos enamorados sentados a verlas pasar, niños que corren, niñas que aprenden a ser miradas, templando gaitas, luciendo montera picona, dália en el pecho, azabache brillante, mano tímida, mano amiga, viejas que sueñan nueva primavera. Una excusa, san José, día de fiesta en Posada la Vieja, gaiteros y gaiteras se acompañan mutuamente y el santo patrón en su trono, ajeno al ir y venir de la gente se deja pasear al pie de la casona.

Artesano de Fotos

www.artesanodefotos.com


Nació hacia la luz de los espacios siderales el nuevo proyecto de Artesano de Fotos, desde Piedra queremos darle la bienvenida y desearle un futuro prometedor.

El proyecto, dirigido por los artistas Ana Báez y Enrique Bueno, junto a dos amigos, tiene mucho de la belleza y el arte que ellos saben poner en todos sus trabajos. Son aun jóvenes y la palabra artista les coarta un poco, por lo que prefieren usar el término artesano.

Para que tengáis una idea del trabajo que realizan, os diré, que usan fotografías a las que añaden su arte para conseguir una presentación que embellece el motivo fotográfico. No es diseño digital al uso de tantos programas para retocar o usar las fotografías como base. Ellos no alteran el motivo fotografiado, pero lo presentan en un marco artístico que resalta la belleza de la fotografía.
Los trabajos se entregan enmarcados sobre tela o papel, donde pueden reunirse varias fotografías de una misma temática o destacar, ampliado, un motivo.
Los clientes eligen las fotografías deseadas y ellos les devuelven un bello cuadro para adornar el salón de casa o recordar un acontecimiento especial.

www.artesanodefotos.com

Al caer la tarde. Ovio, Llanes

Pacanda en flor

Tú y Yo. El tiempo que fue, aún nos pertenece. ¡Qué delicia! Vivir lo vivido y seguir mirando tu rostro cuando duermes; seguro que sueñas con las horas sin fin, de aquél tiempo en que fuimos uno, tú y yo. Los dos perdidos en aquel segundo infinito del primer encuentro. Amor.

L´Acebal. Llanes rural

A dos leguas de Pacanda, entre quiebras y barrancas está la aldea L´Acebal, pequeña y recoleta, unas cuantas viviendas con sus cuadras de piedra, como manda la costumbre ancestral aún no escrita, y varios hórreos que siguen siendo utilizados para guardar las patatas o el maíz, además de dar cobijo a la leña o poder montar el tendedero al abrigo del orvallo.
Tiene vida propia, aunque con sabor a reliquia, a tiempos que siempre fueron y hoy son difíciles de encontrar.
La cuadra cierra la puerta con el viejo somier, como tantas puertas que quieren cerrar los campos. Es difícil recordar en que época les dio a todos por renovar la cama, quizás cuando se dejó de oír por los pueblos el pregón: “ se estiran somieres y se arreglan paraguas” no tuviesen más remedio que dedicarlos a portillas. Un detalle, en el quicio de la puerta cuelga el paño para limpiar las manos antes de mecer, y la escala justa para alcanzar la yerba si la escarcha deja el prado impracticable.
La higuera, aún en invierno, sirve de florero para colgar los claveles del aire, que como todo el mundo sabe, viven del aire, con dejarlos al sol y la lluvia, es suficiente para que florezcan cada primavera.
El viejo muro se aprovecha como soporte, para que en todo tipo de tiestos se críen las más diversas plantas. Hoy, cerca de finales de invierno están las crasas en plena floración, dentro de unos días será un jardín en miniatura.
El gallo pasea su llamativo plumero entre los los acebos y los hórreos, seguido de cerca por las gallinas, que no le pierden ojo no vaya a cambiar de gallinero.
Como es obligado en cualquier prado que se precie, los del L´Acebal tienen su bañera, que cambió su uso por el de dar de beber a los sedientas vacas. Ya sabréis, a estas alturas, que a alguien se le ocurrió llevar la bañera al campo y en poco tiempo todos los vecinos del concejo hicieron lo mismo.
Sólo me falta recomendar un paseo por L´Acebal al sol de la mañana, con el Benzúa de telón de fondo y si os animáis podéis subir a su cumbre, para disfrutar simultanemente de las vistas de la costa llanisca y los Picos de Europa.

Llanes marinera.

Con el permiso de Joaquín Fernández, artista del blog http://www.pepenin.dellanes.es/, traigo el tema de Llanes marinera a esta casa.
Después de dragar el puerto, por fin la mar entra plena al corazón de Llanes. Aún le quedan flecos a la obra, pero Llanes ya puede mirarse en la mar y comprobar que su belleza permanece intacta.
El puerto pesquero sigue con su ajetreo al caer el sol. La Bramadoria después de dejar su carga en la lonja, queda en silencio mientras observa a sus compañeras descargar las caballas. Hoy la mar fue generosa y los barcos llegaron repletos a puerto.
El faro vigila alerta que la faena transcurra en calma, cuando salga la luna querrá darle envidia y mostrará a los marineros donde se encuentra tanta belleza.

Primavera en Pacanda. Llanes

A primeros de marzo, se inicia el alborear de la primavera en Pacanda.
Los amentos de los sauces son los primeros en dar un toque de color a la desnudez del invierno en la orilla del arroyo.
Los piescos recortan la silueta de la montaña anunciando que ya se fueron las nieves, y los magnolios con su fuerza sacada del interior de la tierra, estallan en una inflorescencia tan llamativa como baldía, saben que su esplendor es efímero y al final no fuese nada, ni un fruto, ni una vana semilla que llevarse a la mesa.

Desde tierra

Tuvo envidia de la nube y se elevó, se elevó, hasta tocarla.
El navío estaba mareado, como ebrio, de tantas velas en el ir y venir al socaire del viento, quería seguir su ritmo, sin advertir que era ya mayor para tanta travesura.
El paisano en tierra, no sabía donde mirar, si a la nube que cambiaba de forma en cosa de segundos, si a la vela que quería llegar a ella y giraba, giraba medio loca, unas veces sobre el agua, otras sobre la arena, o a los surfistas veloces como la brisa, galopando, más que corriendo sobre la superficie del mar.
Al fin, el paisano buscó el asiento en un banco, al sol de primavera, y se dejó llevar por el ritmo de las olas que alcanzaban sin fuerza la playa, mientras las velas seguían jugando con el barco.