Dos colinas muy
semejantes a la orilla del mar en la Marina Baja de Alicante, pobladas desde la
edad del Bronce, para ser íberas, romanas, árabes, cristianas y de los
turistas.
En el caso de Villajoyosa cristiana desde 1300 y Altea desde
1244.
Dos colinas muy parecidas, la misma luz, el mismo mar
Mediterráneo, pero dos pueblos muy distintos:
Altea semeja un poblado andaluz transportado al Levante por su blancura de
cal. Villajoyosa una explosión de color, como si el arco iris se hubiese
quedado a vivir en esta costa luminosa.
Por lo demás, abandonando el casco antiguo, tan parecidas en
sus apartamentos turísticos, que no sabríamos diferenciar una de otra.
En ambos casos, bien merecen un paseo por las callejuelas
del poblado primitivo, para ir oteando la mar entre las casas, e imaginar que
no siempre se vivió de los turistas.