28 abril 2014

Altea y Villajoyosa. Alicante





Dos  colinas muy semejantes a la orilla del mar en la Marina Baja de Alicante, pobladas desde la edad del Bronce, para ser íberas, romanas, árabes, cristianas y de los turistas.

En el caso de Villajoyosa cristiana desde 1300 y Altea desde 1244.

Dos colinas muy parecidas, la misma luz, el mismo mar Mediterráneo, pero dos pueblos muy distintos:

Altea semeja un poblado andaluz  transportado al Levante por su blancura de cal. Villajoyosa una explosión de color, como si el arco iris se hubiese quedado a vivir en esta costa luminosa.

Por lo demás, abandonando el casco antiguo, tan parecidas en sus apartamentos turísticos, que no sabríamos diferenciar una de otra.

En ambos casos, bien merecen un paseo por las callejuelas del poblado primitivo, para ir oteando la mar entre las casas, e imaginar que no siempre se vivió de los turistas.













06 abril 2014

Alicante, luz mediterránea.




El mar, la mar. Tan diversa, que incluso a veces se da la vuelta.

Si en Nerja siempre está de cara y en Pacanda le tengo de espaldas, en Alicante está de lado, pero siempre tan bello, que aunque se vea de reojo, no tienes más remedio que mirarle cara a cara y quedar extasiado con su belleza cambiante.


Hoy he querido recoger algunas tomas de mi reciente paseo por la costa alicantina. De lejos, incluso los rascacielos de Benidorm muestran su belleza insólita, como si una gran ciudad de allende los mares se hubiese trasladado a la orilla de nuestro Mediterráneo. 


Pero la luz no engaña y la estela de los veleros nos recuerda que estamos en el Mediterráneo, podemos quedar tranquilo, no es un mal sueño, son cosas del destino, lo que algunos llaman “destino turístico” que ha cambiado tantos perfiles de la costa y que muchos luchamos por conservar en algunos enclaves, aunque sean de “reservas de indios”.