

Será por San Miguel o por San Martín, quizás por ambos. El día de ensueño, la mar tranquila, la temperatura increíble para el otoño de Pacanda, 30º. El agua templada, el baño al ritmo de las olas, qué más pedir a estos regalos de días, en el otoño luminoso del caminar hacia no se sabe donde.
Las mil y una playas de San Martín. En marea baja hasta los bajíos más profundos quedan al sol: El Sablín, La Almenada, La Portilla, San Martín, La Penal, La Nixon, y los castros Gaiteru, San Martín, Isla de Poo, castru Pelau. No vamos a perdernos con los nombre, vamos a perdernos por el arenal.
Si no sabemos donde acudir de tanta belleza, primero iremos al este, a visitar el castru Pelau y si la marea lo permite descansaremos, después de un baño, en la recoleta playa (El Sablín) a levante de la Isla de Poo, también con acceso a traves de un arco en la propia isla.
Después, a la vuelta, con la vista a poniente, todo la playa para nosotros. Se merece dos paseos, uno por la lámina de agua, espejos de los castros, y otro por la arena al pie del acantilado.
San Martín, tiene otro encanto, no tiene acceso de coche. Se ha prohibido que los vehículos lleguen hasta la misma playa, como era habitual hace unos años y el público que accede sufre la bendita selección de molestarse en caminar.
Me ha sido difícil seleccionar las fotos, pero espero ofreceros un reflejo de la belleza de San Martín, Llanes.